Un día alguien me preguntó: Por qué decidiste ser cursillista? y esta fue mi respuesta: Yo no decidí ser cursillista.
El Señor me escogió entre muchos para asistir a un Cursillo de Cristiandad de la Iglesia Católica.
Yo decidí entonces, ser cristiana. En el Cursillo aprendí como hacerlo y he tratado desde entonces de utilizar las cualidades que Dios nos ha dado para lograrlo con Libertad, Inteligencia y Voluntad. Estos dones de todo ser humano, me permiten discernir, estudiar y afrontar con mi fuerza de voluntad y con la Luz del Espíritu Santo, los vaivenes de la vida.
Para ser como Cristo o tratar de imitar a Cristo, tuve que estudiar a Cristo. Estudio su vida como hombre y sobre su divinidad. Sigo en busca de una felicidad temporal aquí en la tierra, y sé que es por medio de su Gracia Santificante. Para poder lograr su Gracia en mí, tuve que ayudarme día a día con la oración y la cercanía con Cristo a través de la Eucaristía.
Sola no podía hacerlo y me uní a una comunidad del Movimiento de Cursillos. Las Ultreyas y luego la Escuela de Dirigentes. Muchos como yo, en esas comunidades hemos estado caminando hacia el mismo Ideal. Cada uno por diversos caminos. Algunos de esos caminos de los miembros de mi comunidad de Cursillos, yo quise antes imitar, pues vi en ellos una vida tan noble, tan santa y también observé a otros aún con barreras que superar pero que perseveraban. en el camino.
Luego de un tiempo me di cuenta que yo no podía ser ni unos ni los otros. Dios quería que me aceptara a mí misma con mis virtudes y dones y con mis debilidades, pero que siguiera caminando sin detenerme. Y aquí estoy y por eso soy cursillista por eso soy cristiana. Espero poder crecer más en mi Fe Cristiana Católica para llegar a la felicidad Eterna.
